Seguro que has oído hablar de ella en más de una ocasión. Una landing page, también conocida como página de aterrizaje, es una url de una web pensada para recibir tráfico cualificado y convertido en leads o clientes. Por ejemplo, en una página de venta, el objetivo de una landing page es vender.
Incluso, una entrada de blog puede servir como página de aterrizaje en muchos momentos, ya que se convierten en una perfecta puerta de entrada a nuestra web siempre y cuando se esté llevando a cabo una buena estrategia de contenidos que de respuesta a las consultas de Google o que haya generado tráfico a través del contenido compartido en redes sociales.
Para construir una landing page dirigida a captar compradores de tu producto o servicio has de tener en cuentas varios factores:
- Define un objetivo claro para tu landing page.
- Establece una llamada a la acción muy definida y accesible para el usuario que le invite a llevarla a cabo.
- Elimina todos los elementos que ‘despisten’ al usuario del verdadero objetivo de tu página web, por ejemplo los enlaces.
- Pon especial atención a la hora de redactar el contenido, es clave, te ayudará a cumplir con tu objetivo.
- Crea una estructura vertical que vaya añadiendo argumentos de peso al cliente para la compra. Situar la llamada a la acción a modo de cierre ayuda a cumplir con el objetivo de venta.
- El diseño y los colores utilizados ayudan a las decisiones de compra. El 90% de las decisiones de compra que tomamos como consumidores se basan en sensaciones.
- Los comentarios y los testimonios de clientes son muy importantes para dar credibilidad a tu página.
- Colocar los logos oficiales de las tarjetas (MasterCard, VISA, American Express…) aumenta las posibilidades de conversión en tu landing page porque infunde confianza en el proceso de compra.